Los primeros trabajos profesionales como arquitectos de Ricard Pié y Rosa Barba se iniciaron en la comarca del Baix Penedès. Posteriormente, esta relación se transformó en un compromiso con diversos movimientos cívicos y culturales que aparecieron durante la transición política española: la Assemblea de Catalunya, el Congrés de Cultura Catalana (CCC) y otros.
Este hecho, así como la posibilidad de acceder a diversos materiales de estudio, hizo que esta comarca –con excepción de su fachada marítima– se convirtiera en un laboratorio personal de trabajo e investigación; un lugar donde contrastar los debates territoriales y urbanísticos que se estaban produciendo tanto en el mundo académico como en el político-cultural.
Durante estos años, se presentaron varias comunicaciones a las sesiones científicas organizadas por el CCC –la distribución de la propiedad como herencia de la evolución económica de la comarca, la red de comunicaciones o el sistema de poblamiento de la comarca–; se realizaron diversos trabajos –un inventario del catastro de rústica de toda la comarca, el análisis morfológico de toda la cubeta geográfica con la confección de mapas clinométricos e hipsométricos o el mapa de vegetación–, y se hicieron ciertas aplicaciones directas de formulaciones, como las de Christaler –para explicar la distribución territorial de la población–, las reglas de formación y evolución de los tipos arquitectónicos y otros. Todos estos trabajos sirvieron posteriormente para la redacción de los planes de ordenación urbanística municipal de los municipios de l’Arboç, Banyeres y La Bisbal del Penedès; el Plan Especial de Protección de Sant Vicenç de Calders, y el mapa de la comarca del Atlas La identitat del territori català, confeccionado por el Laboratorio de Urbanismo para el acto final del CCC.