Los trabajos para la redacción del Plan de Ordenación Insular de Gran Canaria fue una ocasión para poner al día algunas de las reflexiones propias elaboradas sobre el turismo, la costa y el paisaje. En este trabajo había que redactar un diagnóstico de la situación del litoral e indicar cuales eran las líneas de ordenación a seguir.
Las prioridades del trabajo se centraron en la búsqueda de un discurso en el que enmarcar las propuestas de intervención. El diagnóstico se redactó en un plazo de tiempo muy breve, sin tiempo para un reconocimiento exhaustivo de la realidad, tan solo para hacer una reflexión desde la experiencia de trabajos anteriores y comprobar su validez de forma puntual. Se empezó por una lectura intencionada de la historia del turismo como disfrute de un recurso territorializado, que se interpreta como paisaje. Posteriormente, se formuló una primera sistematización de las piezas mínimas del turismo, que más tarde acabarían convirtiéndose en la base de la investigación sobre arquitectura y turismo. A continuación, se estudiaron comparativamente tres espacios turísticos paradigmáticos: los lidos venecianos, la comarca del Maresme y el Languedoc-Roussillon.
Hecho este primer balance general, se aplicaron aquellos conocimientos al estudio del espacio litoral canario, analizando, en primer lugar, su forma física y las características específicas del paisaje costero, y en segundo lugar, estudiando los pesos del tejido turístico que se encontraba en estos espacios. Finalmente, se hicieron algunas recomendaciones para tratar el paisaje como soporte del turismo y organizar los asentamientos turísticos.