El grupo de viviendas de la calle Samaniego, promovido por el Patronato Municipal de la Vivienda, desarrollaba una pequeña pieza suburbana situada detrás de la Creueta del Coll (Barcelona), en un territorio indefinido; sobre unos terrenos ganados a un torrente; en un cul de sac; al lado de la Ronda de Dalt, pero sin acceso a ella, y en un solar de topografía incierta, donde la edificación estaba muy troceada.
El proyecto buscaba una respuesta acorde con su entorno. La edificación se organizaba en cinco piezas independientes agrupadas alrededor de un patio central. Cada volumen se asentaba en una plataforma distinta, tal como lo hacían las edificaciones vecinas. La forma de cada pieza era muy sencilla y la calidad del edificio se confiaba a las características de los materiales empleados, a la austeridad de las soluciones constructivas y a los colores del conjunto.